Lo siento pero no hay nada que encontrar en mi. Ahora es el momento de desaparecer y no parar de sonreir. De mirarlas a todas y de mirarte a ti. De que me duela la barriga de tanto reír.
Perdona, pero, ya no estoy allí En los cuentos de soñadores y príncipes de serrín. En el barco sin timón navegando un día gris.
No es fácil, pero es así. Mi mente vuela desnuda sin preocuparse de sufrir, bailando con mi soledad en un ritmo sin fin, coloreando las mañanas con distinto carmín.
Lo entiendo, no me puedes seguir. En mis sueños corro solo y despierto así: con el pelo empapado huyendo sin huir.
Tal vez lo entiendas, o tal vez empieces a rugir.
Bésame en la espalda, adiós, me largo de de aquí.
Apagaré con dos dedos el sol y el mundo va a descubrir.
Que existe una nueva luz porque voy a sonreir.
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