viernes, 7 de diciembre de 2012

¿Por qué calla el silencio?

Las gotas de lluvia chocan en los cristales y él empieza a pensar.
Como si dos dedos de aire manejasen las manillas del reloj cada vez que se encuentran dos cuerpos que se hacen inertes.
Se ha llegado a preguntar si de humo está lleno el aire que los separa, si detrás de cada mirada se mueven hilos que desvían sus palabras.
No logra entender que su sonrisa sea la causante de tanto insomnio. Puede entender, o al menos lo intenta, que la duda abarque con los brazos cualquier presencia dentro de su cabeza.
Miradas que no se cruzan ni en carriles de doble sentido.
Podría ser ella la tormenta y él el viento, aún así, haría un día soleado.
¿Ha cesado la lluvia fuera o en su interior?
Lo que ella no sabe es que él la quiere mirar, no sólo con los ojos, sino con la profundidad de su interior. Nada más lejos que saber qué piensa al despertar o qué camiseta se pondrá si mañana llueve.
No le queda más remedio que mirar el calendario e ir tachando un día tras otro. Saber que el tiempo pasa y no vuelve.
No sabe si mañana lloverá como hoy, qué camiseta se pondrá o qué pensará al despertar.
Lo único que sabe es que quiere conocerla cada día un poco más.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La rabia de sentir

¿Cómo se puede decir lo que uno siente sin que haya daños colaterales?
¿Cómo puedo hacer que dos mentes sigan estando intactas si cuando fluye los sentimientos a través de las palabras una de ellas se derrumba y llena de vacío cualquier clase de compenetración?
¿Cómo explico lo inexplicable o lo que me cuesta tanto expresar?
¿Alguien me puede decir, o simplemente guiar, por dónde han de pisar mis pies cuando quiero salir de este agobio mental?
¿Por qué las preguntas retóricas no tienen respuestas si en ellas están innatas tales soluciones?
¿Mi torpeza sentimental puede ser la causante de esta inestable comunicación?
¿Pueden las dudas tranquilizarme si las empapo con vasos de ron?
¿Sabría alguien decirme dónde para a descansar el dolor?

¿Podría alguien abrazarme y tranquilizar mi corazón?

miércoles, 7 de noviembre de 2012

De oreja a oreja

Permíteme descuidarme, evadirme de este absurdo mundo donde si señalan a la luna todos la miran asombrados. Prefiero dibujarla con mi dedo en un sitio soleado, imaginar que me toca y estar a su lado.
Lo siento pero no hay nada que encontrar en mi. Ahora es el momento de desaparecer y no parar de sonreir. De mirarlas a todas y de mirarte a ti. De que me duela la barriga de tanto reír.
Perdona, pero, ya no estoy allí  En los cuentos de soñadores y príncipes de serrín. En el barco sin timón navegando un día gris.
No es fácil, pero es así. Mi mente vuela desnuda sin preocuparse de sufrir, bailando con mi soledad en un ritmo sin fin, coloreando las mañanas con distinto carmín.
Lo entiendo, no me puedes seguir. En mis sueños corro solo y despierto así: con el pelo empapado huyendo sin huir.
Tal vez lo entiendas, o tal vez empieces a rugir.
Bésame en la espalda, adiós, me largo de de aquí.
Apagaré con dos dedos el sol y el mundo va a descubrir.
Que existe una nueva luz porque voy a sonreir.

martes, 7 de agosto de 2012

Marea baja

Se pregunta cúal es el camino entre aquellos labios y los suyos.
Retumba la duda en su cabeza y el temblar en su voz.
"No puede ser", se repetía entonces.
"Y si pudo haber sido...", se repite en su interior.
Conoce la forma en que la ola llega a la orilla, y que de ahí se volverá; también sabía (o eso cree) que la orilla quería abrazar esa ola y no dejarla escapar.
"Qué complicada es la naturaleza", piensa mientras mira el mar, escucha canciones en su cabeza y sonríe al recordar.
Comprende que es lo mejor, estar así, sin más.
Se pregunta absurdamente: "¿Y si volviese atrás?"
Sólo sabe que hubo momentos en que la quiso besar.


--escrita 10 de Julio 2012--

lunes, 16 de julio de 2012

Veinte minutos, no más

"¿Qué distancia hay de aquí a Madrid?"
<< Lo que sea>>, pensé en mi interior, sonreí.
<<Eso y más recorrería por ti>>.
Todo por ver esa carita sonrojada, algo dulce, hermoso, esto lo escribo para mi amada.
Que me tiene loco solo con pensarla y poder ver en mis ojos el brillo de su mirada.
Son sentimientos vestidos de secreto, palpitaciones escondidas por un único sueño: el rugir de un león por querer ser su dueño.
No responde el silencio cuando pienso cómo besa, sólo existe un camino para ello: los labios de mi princesa.
Maldiciones como el calor de un verano, esa es mi pena.
Estos son los lamentos que expreso, para ti, mi reina.

lunes, 21 de mayo de 2012

¡Silencio! Artista trabajando

A veces me pregunto, ¿se acordará de mi?
¿Se acordará de todo aquello que le di?
Las noches en vela escuchando su voz, o los días de Mayo intercambiándonos calor.
Aquel callejón dónde están escondidas la verdad y el sudor de dos locos enfermos, enfermos de amor.
Su ojos, su mirada. Sus silencios y sus palabras.
Momentos de felicidad que había en mi interior, cuando su risa inundaba todo a su alrededor.
Qué mayor alegría sentía cuando me daba esa risa enorme que abarcaba toda su cara...
Me conformaré, con recordar esos detalles.
Con seguir siendo aquel que te enamoraba por las calles.
Me esforzaré por llegar a dónde no ha llegado nadie.
LLenar mi vida y no intentar olvidarte.

martes, 15 de mayo de 2012

Calor

Es este calor. Las gotas por la frente. El agobio de estar sudando.

Me lleva a un lugar oscuro, pequeño, donde dos cuerpos apenas se podrían acomodar. No es cuestión de estar relajados, si no de todo lo demás.
Luces discontinuas pasan sin apenas alumbrar. Se refleja la luna en una espalda desnuda, vestida por un cristal.
El aire se ha consumido, es invierno ahí fuera pero dentro no se puede soportar éste calor, las gotas por la frente... el agobio de estar sudando sin más.
Se mezclan dos lágrimas ardientes que emanan de un cabello, baja por la mejilla y acaba en unos labios. Es la primera vez que si sumas dos y dos no sale par.

Aceleración en punto muerto. Excitación y nada más.
Cristales empañados de deseos, cubiertos de un amar.
Se ha hecho eco en las nubes ésta lluvia sin cesar.
Es este calor. Las gotas por la frente. El agobio de estar sudando sin parar.

miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Quién quiere recordar?

Se hace dificil respirar.
Una foto. Unas letras. Memoria. Se hace dificil el 'no pensar'.
Abriendo la ventana no se va a escapar esa forma de sentir, ¿esa forma de amar?
¿Qué más debe de pasar para que mis propios sentimientos sepan que es hora de cambiar?
¿Qué más he de provocar para que ésta melancolía se llene de oscuridad?
Nada que hacer ante tal complejidad, reflejos del ayer que ni siquiera quiero mirar.
Es el momento, ya no tengo ninguna excusa para no avanzar.
Es el momento de mi propio ego, el momento de empezar.
Que se queden las estrellas en el cielo porque no va a haber en la tierra lugar
para tanto brillo y tanta luz porque es mi hora de actuar.

sábado, 5 de mayo de 2012

Lo sé.

Te busqué.
Pero no en otros labios ni en otro cuerpo.
Simplemente te busqué.
No en mi cuarto ni en otros deseos.
Pero te busqué.

Cerraste de un portazo la puerta y me quedé encerrado en el tormento.
Aun así te busqué.
Porque no he visto mejor alma que la que escondía tus huesos.
Y me enamoré.
No de tu piernas ni de tu cabello, si no de tu ser, de tu alegría y de tus lamentos.

Me enamoré.
De esa forma de mirar y de prolongar el 'momento'.
Me cegué.
De tanto cariño y tanto te quiero.
Y me tropecé.
Intentando buscarte sin miramientos hasta que reaccioné y ordendé uno a uno mis sentimientos.
Y al fin me curé.
No con pastillas ni con un amor de cuentos.
Pero te guardé.
En mi memora y aqui dentro... y te olvidé.

domingo, 8 de abril de 2012

Defectos de ron

El no saludar no significa que no sepa que estés ahí.
Evitar la mirada u ocultarte entre las sombras no hará que mi cabeza oscurezca tu imagen.
Algo tan sencillo como la verdad, con el ir con las cosas por delante.
Se aprende de los errores pero ya no sé cuál es el defecto. El fallo. Lo mal hecho.
Un día, pienso, hubo confianza pero parece ser que si no se fundió con fuego no se pudo mantener.

Sé que buscarás mis labios en él.
Sus manos no conoceran cada resquicio de tu cuerpo, no se darán cuenta de lo dulce que puedes llegar a ser.
Mirarás de reojo sus labios y no sabrás encontrar tu nombre entre ellos, al menos no de esa forma tan especial.
Tal vez te pueda sonreir, pero lo que no sabrás es si lo hará por ti.
El calor de su cuerpo podrá calmar una noche la gélida espera del tuyo. Dudo que sepa cuidar por una vida todo y cada uno de tus impulsos.
Cuando esperes una caricia en tus mejillas, no cierres los ojos porque al abrirlos no verás mi sonrisa.
Sé que la comparación será tu peor pesadilla.

Al menos lo pienso, lo sé, o lo creía
porque desde que te fuiste pienso que cambiaste de la noche al día.

martes, 3 de abril de 2012

Castillo de aire

Imaginé historias que ni siquiera el más ilusionista pudo creer.
Llegué a pensar que en el cielo tu nombre estaba escrito, que salió a volar, para poder verlo en el infinito. Pero, hoy, cuando todo más fácil podría ser, se ha tornado el viento y me ha hecho mella este revés.
Porque de azúcar no están hechas las nubes, por mucho que en la tierra las queramos vender. Ni de cuentos escrito el destino, por mucho que yo me quisiera convencer.
Adiós inmadurez, adiós. Necesito mantener la cordura cerca de mi.
Adiós inteligencia, adiós. No supiste aferrarte y te perdí.
Puedo echar a correr, aun estoy a tiempo de dejar tras de mi la estupidez y ordenarme por dentro.
Sensación de papel.
Lo siento, corazón, pero es por tu bien. Tápate la boca para no gritar otra vez.

jueves, 29 de marzo de 2012

No puedo parar

Habrá que calmar este deseo.
He reservado mesa en tu boca y en el balcón de tu cuerpo.
¿Con qué vino se acompaña tu piel?
Si se nos gasta el amor, hacemos más.
Que si es largo el camino de mis labios a tu cuello, empezaré a caminar.
Habrá que coger carrerilla. Agárrate, cierra los ojos, juntos vamos a volar. Quiero escaparme contigo y el cielo no puede esperar.
Y si los cierro yo, que más dará, ahí estarán nuestras manos y nuestra piel poder desnudar.
Podemos viajar a cualquier lugar, simplemente debes de abrazarme y empezar a imaginar.
Se te está permitido gritar, siempre y cuando sea por la excitación que no se pueda aguantar.
¿Deberiamos de parar? Una risa juguetona se asoma sin más. Me amarras a tu cintura y comienzas a bailar.
El día que ninguno nos queramos amar, tiraremos de memoria...

y haremos más.

lunes, 12 de marzo de 2012

Intranquilidad

Y me vuelvo a despertar.
Un impulso y aquí estoy otra vez, abriendo los ojos, agrandándolos a cada instante donde mis latidos van manejando.
Pelo mojado, la almohada empapada de sudor. Todo acorde con ésta oscura habitación. ¿Otra vez me he vuelto a despertar? Pero si ni siquiera me ha dado tiempo a volver a dormir, a volverme a relajar.
El reloj se está riendo de mi con sonidos desproporcionados anunciando el paso de los segundos.
Me giro, busco la postura adecuada. Me vuelvo a girar.
Respiro profundamente esperando que vuelva la tranquilidad.
Intento dejar la mente en blanco, no pensar en nada, no dejarme llevar por cada resquicio de mi mente o cada relación sentimental.
Oigo un ruido al otro lado de la casa, me levanto para ver que pasa. Sigilosamente abro la puerta, el pomo está igual de frío que el suelo que contagian a mis manos y mis pies.
Tras abrir la puerta solo veo tinieblas. Ni una luz. Ni una vela. Ni una esperanza.
Se escucha una melodía, un hilo de música que me resulta familiar. Proviene de la cocina. Conforme me acerco va incrementando, conforme me acerco voy recordando. Apoyo la mano sobre la puerta y de un simple empujón empieza a abrirse lentamente. De repente un destello me ciega, agacho la mirada. Intento protegerme de esa luz con mi propia mano e inclino la cabeza para poder ver qué es.
Ahí está.
Con una cola, la camiseta suelta con un hombro descubierto, pantalones cortos y descalza. Podría preguntarme qué haces allí, cómo has entrado o simplemente quién eres; pero la primera pregunta que se hace en mi cabeza es ¿qué es esta sensación? Rozo tu piel y está ardiendo, ¿cómo es posible? Mis pies siguen helados. Mis dedos apenas los puedo sentir.
Lentamente va girando su rostro y... el vaho de mi propia boca no me deja verla bien. Solo aprecio la reacción de su mirada, parece tan confusa como yo.
Sigue esa melodía sonando cada vez más lentamente tras mi. Me doy la vuelta y para de sonar. Miro al frente y ella ya no está.


Y me vuelvo a despertar.
Un impulso y esta sensación de paz.

martes, 28 de febrero de 2012

Sencillamente preciosa

¿Cómo se le puede llamar?
Es tan complicado dejar que mis palabras o mi propia mente encuentren un sentido a todo esto.
Sencillamente preciosa.
Cada detalle era una etapa nueva de ilusión. Cuando me hablaba no quería que terminase aquello que me estaba contando porque necesitaba tener su mirada clavada en mis ojos, que no me dejasen de mirar esos ojos marrones claros.
Que sensación tan gratificante la de estas 24 horas. Obviamente mis pensamientos no van más allá de un simple "me ha encantado haberte conocido" porque sé lo que hay detrás, pero puedo decir que me ha llenado de paz haber conocido a una persona así.


Qué decir de su sonrisa...

Nunca he estado con tantas ganas de decir y expresar tanto lo que llevo dentro como hoy, y a la vez no saber siquiera como hacerlo.

domingo, 19 de febrero de 2012

'Farandùla'

A fuego lento.
El sol lleva veinte años con compañía que le ayuda a iluminar.
El mundo sigue sonriendo al compás de un taconear.
¿La primera palabra que se me ocurra? Alegría. Alegrarse.
Imposible discutir, por mucho que se lo plantee, es imposible enfadarse.
Pueden ser las dos de la mañana, que una conversación de un minuto se convierte en casi las cuatro.
Pues ala, buenas noches, a la cama sonriendo un rato.
Las estrellas no pueden explicar como en la distancia una amistad se puede forjar, es difícil llegar a un corazón desde tan lejos.
Y es que es inevitable no quererla cada día un poquito más, lleva el arte por bandera y se pone a bailar.
Sonrojadas mejillas.
Solo con pensar en esa imagen se dibuja una sonrisilla.
Unas palabras salen al aire: "no te puedo mirar..."
Un mensajero del vacío que ya lo sabe interpretar.
Es muy fácil volar como la imaginación, con su nombre como alas del corazón.

martes, 7 de febrero de 2012

Desierto

Rodeado de belleza.
Sólo existe el peso de tu cabeza sobre mi pecho, el calor de tus brazos acordonando mi cintura.
Miramos el infinito mar mientras el gélido viento quiere colarse entre nosotros. Tu pelo hace contraste con el sol que empieza a esconderse dejando que sus rayos se alarguen con intensidad hasta rozar la orilla.
Un suspiro sale de tu boca. Ojala pudiera explicarte que soy capaz de proteger ese suspiro para que no se roce con el aire, ojala hubiera una manera de hacerte ver que quiero cuidarte, ser el protector de todo lo que forma parte de ti.
Giras tu cabeza para que pueda contemplar esos ojos junto con el brillo de esta enorme estrella que los aclara como si fuesen el centro del universo.
Con tu mano delicada coges un puñado de arena y tu sonrisa me avisa que una guerra va a comenzar. De un salto sales corriendo dejando tras de ti mi cuerpo lleno de ésta arena blanca.
Mis piernas obedecen rápidamente a las tuyas y comienzan a seguirte. Salimos rodando mientras tu risa llena el silencio de la playa. Necesito unos segundos para darme cuenta de que esto es realidad que no quiero separarme de tu piel ni un minuto más, que cada día te voy a conquistar y no te dejaré de pensar.
Sin saber cómo, nuestros labios acaban mezclándose con la tibia arena.

Rodilla en tierra, entregándote mi mano y con la luna como testigo: “¿Me concede este baile?” Con la nariz roja y las mejillas rosadas, no hay más sitio en tu rostro para que quepa esa inmensa sonrisa y el brillo de tus ojos contestan. No existe frío que nuestros cuerpos no puedan soportar. Bailamos al son de las olas del mar con las estrellas iluminando nuestras almas pegadas por debajo de la piel.
Es una forma de tocar el cielo sin despegar los pies del suelo.
Susurro en tu oído: “Le bajaré la voz al viento para poder escuchar tu respiración”.

No hacen falta palabras, todo queda dentro de un corazón.

No sé si lo he soñado pero me hace sentir vivo.
Aun no te he buscado aunque sé que lo viviré contigo.

sábado, 28 de enero de 2012

Cómo revivir el recuerdo

Fácil.
Nos separa solamente un río de aire y parece que me es imposible alcanzarlo.
Mis dedos juegan a ser caminantes de un sendero invisible en tu espalda, aventureros de una historia pudiendo tocarla, van sorteando uno a uno los lunares como si de pozos profundos se tratasen. ¿Cómo hacer de este momento una eternidad? Solamente entra en juego nuestra verdad.
Me miras. Te miro.
Es una batalla de ángeles cuyas armas son el deseo y la admiración. No puedo competir, me rindo ante esa mirada que penetra a través de mis ojos para tocar otro mundo. Nuestro mundo.
Me gustaría saber que es lo que pasa por la cabeza de esa vela que únicamente llega a alumbrar una parte de tu cuerpo, tan imperfecto de lamentos, tan perfecto como mis sentimientos.
Las sábanas se han teñido de tu aroma. Imaginación y realidad se funden sobre un muelle inoportuno, las sombras se reflejan sobre la pared: somos uno.
Fuera ruge el viento, se ha peleado con las nubes. Desconsoladas lloran cubriendo de lágrimas las ventanas pero ni eso hace que dentro de esta habitación el amor se pare.
Noto tu corazón palpitar en mi pecho, tus labios han jurado amor a la locura y no tienen freno, tendremos que dar guerra a los deseos. Susurros sin explicación salen de tu boca.
Se para el tiempo.
Segundos duran nuestros párpados cerrados como intentando rescatar las revoluciones de nuestros corazones acelerados que van aminorando la marcha. Respiros intranquilos se transforman en espacios infinitos llenos de paz.
Me miras. Te miro.
Esta es nuestra verdad.

viernes, 27 de enero de 2012

Ciego

¿Es el lado correcto hacía donde estoy mirando?
¿Realmente mis pensamientos se han aliado con la verdad de mi propia vida? (¿de mi propio camino?)
Tengo miedo a equivocarme, mucho miedo, de tropezar y no poder levantarme e incluso de no ser quien creo; a dejar que pase el tiempo y no reaccionar en el preciso momento.
Estoy asustado porque sé que cada segundo que pasa, es un segundo perdido. Tal vez no lo sepa aprovechar como debiese, o no quiero hacerlo. Se me ha hecho tan difícil tirar para adelante este cuerpo muerto, esta rabia contenida y este malestar concreto.
Me he querido pintar una y otra vez en el firmamento. He querido dibujar las noches que yo quiero, pensé que podría burlarme del reloj, burlarme de mi propio sueño, pero no he hecho más que perder mi propio tiempo.
No manejo vidas, ni tampoco movimientos. Me he creido ser Dios, y lo siento, me he creido ser el dueño.
Tengo miedo a equivocarme, y vuelvo a repetirlo, mucho miedo.
Miedo a mirar a los ojos y no ver ningún destello. Miedo a no poder sentir con las yemas de mis dedos. Miedo a olvidarme de los nombres cuando pase un largo tiempo. Miedo a no saber quién es mi verdadero consuelo. Miedo a mirar arriba y no ver el cielo...

jueves, 19 de enero de 2012

Visceralmente en tus labios

Pero, ¿qué coño pasa aquí?
Aniquilo una a una las palabras que salen de algún buzón lleno de basura, como por ejemplo su boca.
Me sangra el interior como sangran los dientes al morder el acero, busco alcohol con el que curar las heridas pero solo encuentro lejía para quemarme una y otra vez.
La cicatriz de mi pecho está buscando aliados debajo de mis huesos.
No tengo frío porque el hielo de este aire abrasa mis poros, destrozan cualquier sensación en mi piel.
Una aguja agarrada a un hilo está amenazando a mi boca, como se me ocurra pronunciar su nombre van a bailar entre mis labios.
El presente ha cogido al recuerdo por el cuello y lo ha estrellado contra la pared y de su cabeza se derrama anhelos muertos de sed.
En nuestra foto mi silueta se ha vuelto cenizas, ha preferido arder que estar rodeada en un ser y no ser.
He pillado a mis piernas robando en un charco de mentiras, dicen que están enganchadas a pisar el suelo que pisas.
'Huele a descomposición' piensa mi nariz mirando a los ojos a tu perfume.
La úlcera de tu imagen no para de toser, vive ajena a la voluntad, vive en su puto mundo cruel.
Aficionado a beber aceite hirviendo.
Firmado:

Nuestro mundo se está pudriendo.

domingo, 15 de enero de 2012

Carretera del destino

No puedo abrir los ojos.
Levemente levanto los párpados. ¿Qué ha pasado?
Solo escucho gotas caer sobre un metal.
¿Dónde estoy? No logro recordar nada.
"¿Hola?" pregunto con un hilo de voz que no llego ni a escuchar yo mismo.
Mi respiración se acelera incluso sin hacerlo correctamente.
Algo está impidiendo que pueda hablar más alto.
No puedo mover las piernas, no llego ni a verlas.
Empieza un dolor de cabeza mezclado con sangre y sudor, pero ¿qué pasa?
Estoy boca abajo, solo logro ver una pequeña luz parpadeante, no sé qué es.
Intentaré relajarme, piensa un poco por favor, piensa...


Recuerdo que estaba feliz, muy feliz, más de lo normal.
Escuchaba música y cantaba gritando, nadie podía oírme.
Coloqué el anillo en el salpicadero, para que cada vez que lo viese no se me quitase esta sonrisilla de tonto. Hoy era un día especial.
Sonó el móvil, era ella llamándome, pero imposible cogérselo en pleno viaje. Estábamos en ciudades distintas por nuestros trabajos y decidí ir a visitarla sin avisarle de ello, lo que se dice: una sorpresa. Además llevábamos un tiempo regular y sabía que ésto iba a ser un giro positivo para nuestra relación.
Volvió a llamar una y otra vez más. Ya me resultaba un poco extraño, pero bueno.
De repente llega un mensaje. Imaginé que era ella y que algo grave había pasado, entonces sin parar de conducir me puse a leerlo.

"Veo que sigues igual de ocupado que siempre que no tienes tiempo ni para coger un segundo el teléfono y decirme que no puedes hablar.
¿Ni un sábado por la mañana paras? O tal vez anoche te la pillaste muy gorda y no puedes ni acordarte de tu nombre.
Lo siento, no sé cómo te estás tomando ésta relación pero yo creo que ya he tomado una decisión. Ya que no eres capaz ni de cogerme el móvil (y como apenas nos vemos) creo que te lo diré por aquí.
Lo mejor será tomarnos un tiempo, pensar todas las cosas bien. ¿Nos merece la pena ésta situación?"

No me podía creer el mensaje, ahora mismo estaba aislado del mundo cuando de repente... el coche se salió de la carretera.

¿Me merece la pena ésta situación? Me pregunto una y otra vez. Vaya ironía del destino...
Siento frío y sólo quiero dormir. Estoy muy cansado.
Intento alcanzar la pequeña luz, era el móvil, me estaba llamando otra vez. Lo cojo y empieza a bombardearme con palabras. Incrementa mi dolor de cabeza. Las fuerzas ahora se vienen abajo, tengo mucha sed.
Ella sigue con su batalla particular cuando pregunta "Y tú, ¿no dices nada?"
Me toco el cuello, lleno de sangre, hay un agujero. Meto los dedos y saco algo... el anillo.
Una lágrima roja cae por mi mejilla, ya no tengo sed, con voz afónica confieso:

 "Te quiero. No te olvidaré..."

sábado, 14 de enero de 2012

Hablar de ti

No voy a engañar al tiempo, y mucho menos a mi mismo.
Digamos que fue el alcohol quien me hizo ver en ti algo distinto a lo que creía o debía.
Nunca se me dio bien ocultar mis sentimientos, es imposible retener lo que llevo dentro.
Se para el aire si se cruza tus ojos con mi mirada, las agujas del reloj se congelan para que mi ser disfrute de tal belleza.
Cuando vuelvo a reaccionar ya me has dejado de mirar pero se ha grabado la profundidad de ese color verde en mi cabeza.
Surcar la comisura de tus labios, navegar a la deriva sin timón, podría vencer a cualquier tempestad si fuese el dueño de tu corazón.
Las palabras las digo tal como las siento aunque en mi cabeza existe un filtro que provoca mi lamento.
Rozo la locura pensando que cada mañana te acuerdas de mi o simplemente imaginando que tu cuerpo me quiere sentir.
Sé que no es momento, que estas sujeta a un amor, por eso mis palabras se avergüenzan de mi voz.
He dejado en el olvido las llaves de mi desesperación e intentaré que en un tiempo se calme ésta ilusión.

Lo sé, que no es poco

Aquí sentado, dialogando con el silencio, caigo en las redes de mi propio pensamiento.
Sé que sin quererlo lo he sentido. Y queriendo debo dejarlo de sentir.
Una ilusión que coge de la mano a la locura y la lleva a la obsesión.
No es el camino correcto, ni el momento, ni el tiempo.
Ya habrá tormentas en mi cuarto si en algo me estoy equivocando.
Pero no quiero seguir viviendo de un suspiro que ni siquiera me roza el rostro.
No puedo mandar bajo mi pecho, pero si puedo deshacer lo que no está hecho.

miércoles, 11 de enero de 2012

Oscuridad


Capacidad ilimitada. Capacidad innata.
Estado anímico bestial, ganas de ver feliz a los demás.
Pero, ¿qué pasa cuando flaquean las fuerzas?
Ni siquiera tu luz se refleja en el espejo.
Lo que mejor sienta es esconderte tras las sombras de la habitación con los ojos abiertos mirando fijamente al vacío.
¿Quién se tapa los oídos sin necesidad de que tenga que gritar lo que llevo dentro?
¿Existes? ¿Dónde estás?
Estás en corriente y ni el aire te quiere tocar.
Subes la persiana y el mundo se fue a pasear.
Tal vez necesites reposar... pero no sabes ni que pie debes apoyar.
¿Hay vida después de la vida?
Las preguntas salen disparadas como si de un cristal hayan saltado.
No quiero pensar en nada. No sé aprender del pasado.

lunes, 9 de enero de 2012

LLegará

La perfección nos está esperando.
Tranquila, no tengo prisa, puedo esperar.

Solo acuérdate en que calle tienes que entrar y qué tienes que decir, solo eso.
No importa nada la forma en la que vistas o la manera en la que subas las escaleras.
A lo mejor tengo una ligera impresión de cómo son tus ojos pero, bueno, mientras que con mirarme me lo digas todo, me vale.
Recién levantada y sin maquillar, que más da, puedes llegar incluso en bata, lo importante es llegar. Lo importante es que me quieras mirar. Ya cuando pase todo esto nos vestiremos de gala y bailaremos con las olas del mar.
Puedes cantar desafinando o simplemente tararear, que ya guardaré en mi memoria tus susurros al tontear.
No mires la hora porque eso no me va a importar, solo acuérdate de mis palabras que la perfección está por llegar.

miércoles, 4 de enero de 2012

Todo o nada

Me he perdido y no sé por dónde tengo que ir.
Ahogado en mis propias palabras, desterrado de mi propio pensamiento.
Cierro los ojos con fuerzas para poderlo revivir.
Quiero, pero no puedo, volverlo a sentir.
Esperaré a que el viento sople a mi favor, hasta entonces vaciaré de sentimientos mi corazón.