sábado, 7 de junio de 2014

A tres plantas sobre el cielo

Sonrío cuando te pienso. 
¿Y qué más da?
Si me duelen los hombros de bajarte la luna cada noche.
Si tengo seca la boca de tanto nombrarte.
Si las horas a tu lado no pasan en balde.
¿Y qué más da lo que digan o lo que dejen de decir?
Si por dentro solo siento yo y por fuera eres tú quien me hace sentir,

si en las noches ellos no están cuando las respiraciones se sincronizan
o en la puerta de mi piso adivino cuando la ternura se avecina.
¿Y qué si poco a poco vas haciéndote un hueco en mi vida entera?
Si hasta en la cocina tienes tu asiento en la encimera,

si el sofá se pone nervioso cuando se entera 
que tu cuerpo va a reposar como las olas en la arena.
¿Y qué si estás en mi lista de la compra por casualidad?
Si te encuentro en mi nombre con facilidad.
Si de chocolate son los besos que me das...

Y qué... si prefiero un despertar color esmeralda,
si el sol ya no brilla en mis mañanas porque lo eclipsa tu mirada.
Si haces que la puerta de salida sea la de otro cuarto,
y provocas risas durante un largo rato.
¿Y qué más da si el tiempo no quiere parar?
Si juega con nuestras vidas como puro azar.

Si me quedo.
Si te quedas.
Si te irás...
Solo queda vivir el día a día y respirar.
Pero, ¿qué más puede pasar?
Si solo quiero sentir en mi pecho, tu pecho palpitar.