viernes, 7 de diciembre de 2012

¿Por qué calla el silencio?

Las gotas de lluvia chocan en los cristales y él empieza a pensar.
Como si dos dedos de aire manejasen las manillas del reloj cada vez que se encuentran dos cuerpos que se hacen inertes.
Se ha llegado a preguntar si de humo está lleno el aire que los separa, si detrás de cada mirada se mueven hilos que desvían sus palabras.
No logra entender que su sonrisa sea la causante de tanto insomnio. Puede entender, o al menos lo intenta, que la duda abarque con los brazos cualquier presencia dentro de su cabeza.
Miradas que no se cruzan ni en carriles de doble sentido.
Podría ser ella la tormenta y él el viento, aún así, haría un día soleado.
¿Ha cesado la lluvia fuera o en su interior?
Lo que ella no sabe es que él la quiere mirar, no sólo con los ojos, sino con la profundidad de su interior. Nada más lejos que saber qué piensa al despertar o qué camiseta se pondrá si mañana llueve.
No le queda más remedio que mirar el calendario e ir tachando un día tras otro. Saber que el tiempo pasa y no vuelve.
No sabe si mañana lloverá como hoy, qué camiseta se pondrá o qué pensará al despertar.
Lo único que sabe es que quiere conocerla cada día un poco más.