martes, 13 de mayo de 2014

Mes de ensayo

Pestañear.
Y ver la vida de diferente forma, de diferente color.
Sea como sea, en cada historia, presente está el sol.
Dibujadas quedaron las intenciones en la madrugada, vestidas con aromas de alcohol. Acercando más el deseo a la mañana dando un vuelco al corazón. De detalles, fue la estela, que su mirada marcó. No dejó hablar al silencio, mas su imagen influyó. Las rendijas de la persiana hacía iluminar más su pelo, y la almohada quedó alerta para no desteñir sus ojos, tal vez negros... Pero no fue así cuando por dentro se movían sin ninguna aceleración, inútiles formatos de pensamientos contradictorios y, obviamente, no nació el amor.
Dibujadas quedaron, en otra madrugada, intenciones de distinto calibre. Un beso, un abrazo, una forma de quererse tan visible al exterior y con tanta niebla en cada interior. No por ello fue más malo, ni más bueno. No por ello estuvo el pasado presente en todo aquello. Tanta sed de amar tenía que mezcló ron con esperanzas de melancolía. Llegó a ver las estrellas en pleno día, en aquella playa cuando amanecía. En su piel. En su mejilla. Descubrió que sin ella el sentido perdería.
Descubrió que por ella, sin pestañear la amaría.