domingo, 8 de abril de 2012

Defectos de ron

El no saludar no significa que no sepa que estés ahí.
Evitar la mirada u ocultarte entre las sombras no hará que mi cabeza oscurezca tu imagen.
Algo tan sencillo como la verdad, con el ir con las cosas por delante.
Se aprende de los errores pero ya no sé cuál es el defecto. El fallo. Lo mal hecho.
Un día, pienso, hubo confianza pero parece ser que si no se fundió con fuego no se pudo mantener.

Sé que buscarás mis labios en él.
Sus manos no conoceran cada resquicio de tu cuerpo, no se darán cuenta de lo dulce que puedes llegar a ser.
Mirarás de reojo sus labios y no sabrás encontrar tu nombre entre ellos, al menos no de esa forma tan especial.
Tal vez te pueda sonreir, pero lo que no sabrás es si lo hará por ti.
El calor de su cuerpo podrá calmar una noche la gélida espera del tuyo. Dudo que sepa cuidar por una vida todo y cada uno de tus impulsos.
Cuando esperes una caricia en tus mejillas, no cierres los ojos porque al abrirlos no verás mi sonrisa.
Sé que la comparación será tu peor pesadilla.

Al menos lo pienso, lo sé, o lo creía
porque desde que te fuiste pienso que cambiaste de la noche al día.

martes, 3 de abril de 2012

Castillo de aire

Imaginé historias que ni siquiera el más ilusionista pudo creer.
Llegué a pensar que en el cielo tu nombre estaba escrito, que salió a volar, para poder verlo en el infinito. Pero, hoy, cuando todo más fácil podría ser, se ha tornado el viento y me ha hecho mella este revés.
Porque de azúcar no están hechas las nubes, por mucho que en la tierra las queramos vender. Ni de cuentos escrito el destino, por mucho que yo me quisiera convencer.
Adiós inmadurez, adiós. Necesito mantener la cordura cerca de mi.
Adiós inteligencia, adiós. No supiste aferrarte y te perdí.
Puedo echar a correr, aun estoy a tiempo de dejar tras de mi la estupidez y ordenarme por dentro.
Sensación de papel.
Lo siento, corazón, pero es por tu bien. Tápate la boca para no gritar otra vez.