viernes, 30 de diciembre de 2011

Nada

No pido nada raro. No pido nada extraño.
Solo quiero que la cordura entre en juego y que el olvido le deje paso.

No voy a guardar un rayo de sol en mi armario, no quiero arrancar ningún beso de esos labios.
Mi única idea es que la verdad de mi conciencia sepa qué hacer. Desconectar mi ilusión de mi piel.
Hacer de la noche el día y del día atardecer.
Desnudar a la luna para hacerla desaparecer.
Que no haya estrellas en el cielo, que me enfríe su ser, que mis ojos la miren a los ojos y no quede querer.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Hablar sin palabras

Diamantes verdes.
Pasan cinco segundos y no sé si el tiempo se ha tomado un descanso o soy yo quien se ha quedado en blanco pero no puedo quitar la mirada.
¿Cómo esquivo el viento que sale de tí? No quiero quedarme preso, no puedo así...
Me rindo ante tal belleza, pura naturaleza.

martes, 13 de diciembre de 2011

Deceleración

En esta habitación hace mucho calor. Noto las mejillas rosadas con el contraste del tiempo tras los cristales.
Fuera ruge el viento. Me viene este dolor de cabeza cuando mis adentros intentan conectar con mi mente. Ahora empiezo a agobiarme, ahora empiezará un no parar de recuerdos...
¡No! Quiero evitarlo. Cojo las calzonas, la sudadera... y... salgo de aquí.
Pongo la música a todo volumen en el ascensor, no quiero pensar en nada.
Abro la puerta del portal y dejo que el frío se apodere de mi temperatura.
Miro a ambos lados de la calle y no hay nadie. Normal, con este frío y a estas horas de la noche un domingo, ¿quién va a estar fuera?
Decidido me pongo a correr, ¿a donde? No lo sé, la cuestión es correr. La finalidad es no pensar.
Por mucho que corra me vienen imágenes, frases... quizás tenga que subir la música, correr más. La respiración está llegando al límite, escucho incluso por encima de los auriculares mi propia respiración entrecortada. Debería de suavizar. Mis dedos y mi nariz se han aliado con este frío. Me remango para protegerlos. Respiro a mayor velocidad. Mis piernas están pidiendo un descanso a base de tirones, vamos a respetarlas. Paro.
Mis pulmones se ensanchan como las alas de un águila en descenso a su presa. Noto cada partícula del aire que entra por mi boca. Cada vez más rápido con esta sensación de ahogamiento. Me incorporo y miro al cielo. Buscando algo... Ahí está la luna, hermosa luna, contemplando uno a uno mis movimientos. Me hago pequeño. Pequeño y débil. Solo dos estrellas le hacen compañía. ¿Dónde estarán las demás?
A veces no lo entiendo. Si tienes lo que quieres, ¿por qué lo dejas escapar tan tontamente?
Si de verdad es lo que buscastes y encuentas aquello que te complementa, te hace feliz y a la vez te sorprende día a día... ¿por qué lo dejas escapar tan tontamente?
No lo entiendo, y nunca lo llegaré a entender.
Cuando tienes asegurado el amor, cuando tienes a esa persona totalmente entregada a ti... ¿por qué pasas a valorar otras cosas? ¿por qué quieres sentir otras cosas? Por más que me lo expliquen no lo llegaré a entender. No es cuestión de quedarse parado o cerrado al mundo. Para mi, por ejemplo, es un mundo paralelo. Se puede vivir en ambos sitios sin ninguna complicación. ¿Qué toca sentir ahora? Que alguien me lo explique. ¿Qué es lo que tengo yo que sentir cuando pienso esto?
Maldita seas luna, me has llevado a tu juego.
Música alta. A correr de nuevo...

martes, 6 de diciembre de 2011

SBL

Una noche fría.
Su silueta se perfila de entre la multitud. Miro hacia arriba, miro a la luz.

Puedo descartar todo lo inusual de un sentimiento. Hacer que ahora mismo fluya un deseo o un simple encuentro.
La verdad es que cuando la tuve enfrente no pude pensar en otra cosa salvo en lo hermoso que eran sus ojos. No sé por qué, pero ahí fue donde me quedé atrapado.
La cuestión no es la belleza de sus ojos o la silueta a lo lejos, la verdadera pregunta se esconde tras el conjunto de su pelo rizado y su sonrisa luminosa, su acento y su forma de reir. Ya se implica hasta la manera en que mira o... me mira.
Creo que me el frío me ha jugado una mala pasada. Pero... no me importaría desafiar lo imposible.