sábado, 28 de noviembre de 2015

Así.

"Cómo hacer del tiempo un simple amanecer."
Se pregunta, una y otra vez.
Como si pudiese ver salir el sol tras el monte desde los ventanales de su salón.
Parece que está allí, junto a ella, tras unas copas de ron.
Su sonrisa traviesa, colocando los pies en el cristal.
Su mirada inquieta, él sólo la quiere besar.
Y así es como ocurrió.
Dejando paso a eso que llaman amor.
O, quizás, volviendo a aquello otro que llaman soledad.
Sea lo que fuere, en su pecho, se encuentra la verdad.
Y no es fácil decir si se hicieron las cosas bien, o se hicieron mal.
Fueron las que fueron. Nada más.
Por mucho que en sus mejillas sienta algo similar al roce de su pelo, cuando la empezó a besar.
Son ahora sus lágrimas las que con tanto fervor las acarician con cierta maldad.
Ya sabe que habrá otro amanecer. Tarde o temprano llegará.
Y es entonces cuando su cielo jamás dejará de iluminar.